domingo, 23 de octubre de 2011

Tema 6: El aula como lugar de reflexión


                La democracia, la equidad y la justicia social, la paz y la armonía con nuestro entorno natural deben ser las palabras claves de este mundo en devenir.
                La educación es “la fuerza del futuro”.
La educación debe mostrar que no hay conocimiento que no esté, en algún grado, amenazado por el error y por la ilusión. Un conocimiento no es el espejo de las cosas o del mundo exterior. Todas las percepciones son  a la vez traducciones y reconstrucciones cerebrales. Es bien sabido, los innumerables errores de percepción que sin embargo nos llegan de nuestro sentido más fiable, la visión.
El sentimiento, el odio, el amor…pueden enceguecernos, pero también, el desarrollo de la inteligencia es inseparable de la afectividad, ésta puede enceguecer el conocimiento pero también fortalecerle; el debilitamiento de la capacidad para reaccionar emocionalmente puede llegar a ser la causa de comportamientos irracionales.
Si pudiera haber un progreso básico en el siglo XXI sería que, ni los hombres ni las mujeres siguieran siendo juguetes inconscientes de sus ideas y de sus propias mentiras. Es un deber importante de la educación armar a cada uno en el combate vital para la lucidez.
El siglo XX ha producido progresos gigantescos en el conocimiento científico, pero al mismo tiempo se ha producido una ceguera hacia los problemas globales. Hay que conjugar los conocimientos, no separarlos y reducirlos a la mínima expresión.
La enseñanza del futuro deberá ser una enseñanza primera y universal centrada en la condición humana. Como seres vivos de este planeta, dependemos vitalmente de la biosfera terrestre; debemos reconocer nuestra muy física y muy biológica identidad terrenal. Todo desarrollo verdaderamente humano significa desarrollo conjunto de las autonomías individuales, de las participaciones comunitarias y del sentido de pertenencia con la especie humana. La educación deberá ilustrar el principio de unidad/diversidad en todos los campos.
Una de las vocaciones esenciales de la educación del futuro será el examen y el estudio de la complejidad humana.
Transformar la especie humana en verdadera humanidad se vuelve el objetivo fundamental y global de toda educación, aspirando no sólo al progreso sino a la supervivencia de la humanidad, la conciencia de nuestra humanidad nos deberá conducir a la solidaridad. La educación para el futuro deberá aprender una ética de la comprensión planetaria.
El pensamiento debe encaminarse para afrontar la incertidumbre. Todo aquello que implica oportunidad implica riesgo y el pensamiento debe diferenciar las oportunidades de los riesgos, así como los riesgos de las oportunidades.
Educar para la comprensión humana es enseñar la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.
La comprensión es a la vez medio y fin de la comunicación humana. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos. Dada la importancia de la educación en la comprensión a todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma planetaria de las mentalidades; esa debe ser la labor de la educación del futuro.
Una política del hombre, una política de civilización, una reforma de pensamiento, la antropo-ética, el verdadero humanismo, la conciencia de Tierra-Patria reducirían la ignominia en el mundo.



Objetivos: Fomentar una buena conciencia sobre el mundo en el que vivimos.
Contenidos: Conocimiento de los diversos ecosistemas del mundo y las cosas que lo pueden destruir.
Metodología: Fichas con dibujos sobre flora y fauna, y dibujos sobre cosas que contaminan el planeta. Deben colorear los dibujos  y pegarlos en un mural.
Temporalización: 6 sesiones de 20 minutos.
Evaluación: Observación.

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